Pata Negra Throwback
Nick Zinner (Yeah Yeah Yeahs), 2018
Cuando empecé a tomar fotos de shows y me di cuenta que lo quería hacer todas las veces y todo el tiempo que se pudiera me puse a buscar también una forma de capitalizarlo. Como ustedes saben, y si no, se los revelo: ganar dinero de la fotografía de música o de conciertos es difícil, por no decir extremadamente mal pagado y desmesuradamente demandado.
Por suerte yo estaba empezando y pensé más en la oportunidad de construir mi portafolio y mi callo trabajando para Pata Negra, especialmente en la Condesa y en el Centro que es donde tienen sus live shows. Mi “prueba” fue tomarle fotos a una banda que se llama Vaya Futuro, para ver si rifaba. Me rifé lo más que pude y unos días después ya tenía ese trabajo.
Silverio, 2017
Silverio, 2017
Conocí un montón de bandas nuevas, nacionales e internacionales. Una o dos veces al a semana iba a trabajar. Todos los días había shows, pero sólo me pagaban los que estaban patrocinados por alguna marca.
No siempre me gustaban las bandas pero looking back fui extremadamente afortunada por tener este trabajo, sobretodo tan “temprano” en mi carrera. Me ayudó mucho a avanzar más rápido y a empezar a generar dinero para invertir en equipo. Y lo mejor es que ¡conocí muchísimas bandas! y pude entablar relaciones con gente que conocí gracias a esto.








Por ejemplo, hubo un rato en que Fat Tony, un rapero nigeriano americano de Houston, hacía shows mensuales de hip hop alternativo (for lack of a better term) donde él mezclaba esta música pero también traía a algunos exponentes a presentarse. La vez que trajo a Chingo Bling fue la primera vez que estuve cerca de cholos, de los true. Era increíble. Y a Tony le gustaban mis fotos, entonces me contrató por fuera de Pata Negra para cubrir esos y otros shows que tenía en la ciudad en ese entonces. Buenos tiempos.
También fue en Pata Negra donde vi por primera vez en vivo a LNG/SHT y después de ese show su DJ me contactó para tomar más fotos y así me fui acoplando con ellos, hasta me llevaron en mini tours algunas veces. Hasta hoy seguimos siendo amix y trabajamos juntos de vez en cuando.
Era difícil para mí entender las cosas por lo que eran en ese momento, de tan cerca. Pero ahora veo cómo fue una parte esencial de lo que soy y hago ahora. Todo lo que aprendí, la gente que conocí, las mañas que agarré, hasta aprender a escabullirme entre la gente y todo eso fue definitorio en mi formación como fotógrafa.
Charles Ans, 2017
Dejé de trabajar en este lugar porque la administración cambió y decidieron que ya no necesitaban quién documentara sus shows. Una lástima, porque a mí me encantaba hacerlo. Espero que conel tiempo, en lo que regresamos a tener shows en vivo, salga alguna oportunidad de poder volver a ser la fotógrafa de un venue y ser testigo de sus historias. ¡Lo extraño!
Pronto me di cuenta a lo que me enfrentaba: la luz en sus venues siempre fue horrible, naturalmente no hay “pit” o ningún área definida para prensa y el lugar se abarrotaba tiro por viaje. Es un bar con un escenario, pues. Pero igual no hay mejor lugar para curtirse y empezar .
Empujé a mi cámara a trabajar en condiciones de muy poca luz, sin flash. El flash me daba miedo al principio, pero esa es otra historia…
Mis ISOs no bajaban de 3200 y mi equipo obviamente era de sensor recortado. Una cámara de estudiante (Canon t3i) y un 50 mm prestado era lo que tenía para trabajar. El ruido (de la cámara) era un problema, las luces plastosas y sobresaturadas eran mi peor pesadilla.
A Band of Bitches, 2016
(De derecha a izquierda: el RAW, la primera vez que la edité y el último revelado)
Pero así fue como empecé a intensear en el Lightroom, me quedaba toda la noche editando porque tenía que entregar antes de las 10 de la mañana del día siguiente. Y no tomaba 50 o 100 fotos. Tomaba un aproximado de 400 fotos por show. Usaba mucho la ráfaga para conseguir ALGO en velocidades de 1/30, porque neta estaba muy oscuro. Entregaba unas 30 fotos finales.
The Guadaloops y Simpson Ahuevo, 2016
Además que la pasé increíble. Es lo que he reflexionado en estos tiempos de aislamiento. Revisando mis viejos archivos me encontré con recuerdos muy chidos y muchos puntos se conectaron. Y aproveché el tiempo libre para volver a esos días y trabajarlos con todo lo que he aprendido a lo largo del camino. No sólo técnicamente, con otra sensibilidad también. Porque ahora prácticamente atesoro y añoro estos días. Quiero darles la importancia que merecen.
Nick Zinner, 2018
Abulón, 2017
Silverio, 2016
Johnny Nasty Boots, 2017


















